Hace 33 años que la logoterapia se convirtió en mi pasión y no solo eso, sino también en mi vocación. Busqué la logoterapia cuando sentí que desconocía sobre el manejo del dolor y de enfrentarse ante situaciones límite. Cuando en 1985 un fuerte terremoto sacudió la Ciudad de México, tuve la oportunidad de trabajar con los topos y socorristas mano a mano. En aquel entonces, no había teoría ni psicoterapia específica que respondiera ante estas situaciones como la logoterapia propuesta por Viktor E. Frankl.

Comencé a estudiarla poco después, y en 1988 tuve la magnífica oportunidad de conocer al padre de esta disciplina, cuando Frankl visitó México; fue en Guadalajara donde me dio la autorización de abrir el primer instituto de logoterapia en el país.

Cada día, más me enamoro de la nobleza que tiene esta psicoterapia transformadora de vidas. La logoterapia ha consolado a miles y miles de personas ayudándolas a encontrar su sentido.

En nuestro andar académico y para apoyar la formación de los alumnos, iniciamos Ediciones LAG con la revista mexicana de logoterapia y con 21 títulos de libros sobre Logoterapia y Análisis Existencial.

SMAEL se encuentra en una etapa de transformación, en la que ofrece elementos que ayudan en la formación de logoterapeutas y logoeducadores para trabajar en la intervención y prevención.

Desde aquel día en Viena en marzo de 1996 en el que recibí como herencia la promoción, enseñanza y escritura sobre logoterapia del propio maestro Víctor E. Frankl, SMAEL ha crecido y ofrece aquello que el mismo maestro dijera: “mi sentido es ayudar a otros a encontrar el suyo”.

Leticia Ascencio de García

Fundadora de SMAEL